EJE Patagonia Tour.
Las fotografías que verán a continuación son el resultado de una decisión tan simple pero tan complicada a la vez: salirse de la zona de confort. Una resolución que tomaron Gerónimo Bravo, Cristian Bica, Guido Tedeschi y Leandro Terry, cuatro amigos skaters que además representan EJE, una marca independiente de indumentaria inspirada en la cultura del skateboarding, la fotografía y el arte en Argentina.
Fotografías: Leandro Terry.
La Patagonia argentina fue la ruta que este grupo de amigos decidió embarcar en febrero de este año con la misión de compartir y documentar skateboarding, conocer lugares místicos y poco explorados, en lo que a skate se refiere, entre las ciudades de Neuquén y Río Negro.
Ni la pandemia fue un impedimento para hacer este viaje y salir de la congestionada ciudad de Buenos Aires en un momento de tensión en Argentina, la mejor medicina para el alma, algo de vital importancia para respirar nuevos aires y romper la burbuja del estrés e incertidumbre mundial. Además, una excusa perfecta porque Cristian Bica “Killi” era el nuevo rider del equipo y había que, de alguna manera, darle la calurosa bienvenida y celebrarlo con el crew.
En palabras de su fundador, Guido Tedeschi, hacer un tour para generar contenido es muy importante para una marca de skateboarding, es algo que además de difundir respalda de forma positiva la imagen de la marca.
Doce horas en carretera desde Quilmes hasta Neuquén, al sur y de ahí hasta Bariloche trazando el camino por la ruta de los Siete Lagos y patinando todo tipo de spots rústicos y algunas joyas ocultas nunca antes patinadas, parando, además en increíbles lugares de montaña con hermosas vistas, densos lagos y cerros donde este grupo de amigos compartió junto a los locales de rondas interminables de Fernet, asados y fogatas a la luz de las estrellas. Donde, en ocasiones, ni la señal del teléfono celular podía llegar, rincones perfectos para despojarse del peso de la civilización y olvidarse del mundo virtual de las redes sociales que cada día nos saturan y adormecen más y más.
El corazón de este viaje fue definitivamente la amistad y la gran demostración de hospitalidad de todos los skaters locales que se cruzaron en la ruta. Una prueba más de que somos una gran familia universal que, en momentos donde se supone que nos tenemos que aislar, nos unimos más y no importa que tan riesgosa o impuesta sea la situación, nunca nos van a poder separar…
