Entrevista Matt Phipps / Portafolio fotográfico.

Conocí a Matt tiempo atrás en Costa Rica. Creo que fue en 2012. Un tipo alto que con su cámara de video vino a Costa Rica a documentar la escena skater local. Grababa todo a su alrededor y no paraba hasta lograr la toma perfecta. En ese entonces tenía su proyecto llamado Skaters Atlas, una video revista muy interesante, todavía hoy en 2023 su contenido sigue siendo relevante.

Matt dejó en Costa Rica una estela de inspiración para muchos skaters y una lista de amigos con los que hoy en día sigue teniendo contacto. Me considero uno de ellos.

Hablamos hace un tiempo de hacer esta entrevista. Conversar. Ponernos al día con lo que estábamos haciendo y como Matt es un tipo que no puede parar y siempre está haciendo algún proyecto con su cámara, en foto o video, esta conversación iba a ser interesante e inspiradora.

Con ustedes Matt Phipps. El fotógrafo de calle que ha venido documentando por años su vida a través de los viajes, la calle y los personajes más pintorescos – Olman Torres.

Fotografías por Matt Phipps / Entrevista por Olman Torres.

Hola Matt, viejo amigo ¿Cómo ha estado todo?

Hola Olman, aquí disfrutando México. Ahora estamos en temporada de lluvias y hay mucha agua en la ciudad pero esta padre. Me gusta el agua. Como ya no estoy patinando tanto ya me gusta el agua.

¿Cuánto tiempo llevás viviendo en México?

Llevo cuatro años, los cumplí en junio pero con las otras veces que estuve viniendo antes serán como cinco años en total.

Sigo teniendo a mis amigos skaters pero ahora estoy mucho más enfocado en la fotografía y el video. También me gusta ir a la montaña y escapar de la ciudad.

¿Cuántas veces habías estado en México antes que decidieras vivir allá́?

Yo llegué la primera vez a México en 2012 porque estaba grabando a Fernán Origel en Rumania, recuerdo que me caí y quedé inconsciente y cuando desperté estaba en un hospital en Bucarest. Ahí le pedí el favor a Fernán de poder vivir en su casa en México y me quedé dos meses durmiendo en su sofá. Eso fue como en octubre y noviembre de 2012. Después llegué a Costa Rica, creo que en marzo de 2013.

Cuando llegué a Costa Rica mi español no estaba al cien por ciento pero había mejorado desde que llegué por primera vez a México. Recuerdo muy bien la primera vez que pedí el número de teléfono a una chica en español. Después de eso sentí que se abrió la puerta para siempre. Empecé a hacer negocios en español y como mi sueño era hablar en español, ahora me cuesta más hablar en inglés.

Soy un latino de dos metros con ojos azules.

¿México fue el primer país latino que conociste?

Sí, como te dije antes yo estaba en Rumania y de ahí pasé a México. Yo crecí en Oklahoma, es al otro lado de Texas y si lo ves así está más cerca México de mi ciudad que de Los Ángeles o Nueva York. Si lo ves así sigo estando cerca de mi ciudad natal.

En orden de países latinos fue México, después Costa Rica y después Chile. En Chile sí que me costó entender el español. Los chilenos hablan muy rápido y muy flojo, con muchas palabras que solo se dicen ahí. Después de Chile llegué a Argentina. Ahí empecé a cantar en español.

Pero fue después de Costa Rica empecé a entender mejor el español.

¿Por qué te gusta más vivir en Latinoamérica que en tu propio país?

Para mí Estados Unidos perdió toda su conexión con el viejo mundo. No hay más mercados locales, no hay más tiendas locales donde podés comprar cosas como en los mercados de México por ejemplo. Donde podés gastar tu dinero y dejarlo a una familia de tu misma calle o mismo barrio. En Estados Unidos no pasa eso, y si pasa es en un barrio de emigrantes. Y tener la misma calidad de vida que tengo acá en México en Estados Unidos es casi imposible. Especialmente para alguien como yo que decidió dedicarse a la fotografía y el arte de forma independiente. No digo que sea muy fácil en México tampoco, pero lo que pasa es que ya no me siento en sintonía con el estilo de vida de los Estados Unidos. Después de doce años viajando me di cuenta. Incluso en Europa, siento que se parece a Los Estados.

En Latinoamérica siento que estoy conectado con el viejo mundo pero a la vez puedo estar en el mundo moderno. Y no estoy súper aislado tampoco. México tiene una excelente posición para mí. Puedo estar a cinco horas de Nueva York, a cinco horas de Sudamérica, a diez horas de Europa.

En Estados el calor ahora es insoportable y yo acá estoy con un clima perfecto, en la noche puedo usar bufanda mientras el clima es ahora más extremo en Los Estados Unidos.

Es una combinación de todo, acá en México vivo en una comunidad donde ya todos me conocen, no tengo que usar auto para moverme. Dependo completamente de mis piernas y puedo vivir en un viejo mundo y cuando hago mis compras también estoy aportando a una economía local.

Cuando nos conocimos estabas haciendo tu proyecto “Skaters Atlas” y hacías más video que fotografía. Pero después me contaste que estabas más interesado por la fotografía que por el video ¿Cómo sucedió ese gran cambio en tu forma de expresión artística?

Fueron muchas razones, pero el Instagram por ejemplo fue una de ellas. Gracias al Instagram todos los skaters querían subir sus clips y todo era muy plano. Ya no querían esperar para videos largos. Y ya los skaters no querían esforzarse con buenos trucos para un proyecto como lo era Skaters Atlas, porque preferían subir contenido a sus redes sociales. Otra cosa que también me pasó es que yo cumplí todos mis sueños con el skate. Filmé muchos videos, viajé mucho, conocí mucho. Pasé por todo eso de seguir a los skaters todos los días buscando spots, escribiendo a cincuenta personas al día para ver quién quería salir a grabar para sacar uno o dos clips en un día. Recuerdo que sacar diez clips en un día era muy difícil para producir cuarenta y cinco minutos de video cada dos meses. Otra cosa era tocar puertas a los sponsors en países diferentes cada dos meses. Todo eso hacía que ese proyecto siempre fuera muy difícil de hacerlo rentable.

Cumplí mis sueños como filmer cuando hice Skaters Atlas. Después me di cuenta que podía salir con mi cámara analógica y sacar un rollo de película y sentir la misma sensación de salir a buscar spots. Pero buscando personas para fotografiar, momentos, cosas pasando en la calle. Cosas bellas, cosas feas y todo eso me llenaba igual que filmar clips de skate. Además en muchos lugares que fui a filmar no conectaba tanto, a veces sentía que estaba imponiendo. En Costa Rica y en Chile me apreciaron mucho. Hice diez ediciones de Skaters Atlas y fueron suficientes. Ahora me interesa hacer fotos, hacer documentales y tratar de aportar algo diferente con mi arte.

“Después me di cuenta que podía salir con mi cámara analógica y sacar un rollo de película y sentir la misma sensación de salir a buscar spots. Pero buscando personas para fotografiar, momentos, cosas pasando en la calle”

Igual sigo viendo videos de skate, si algún amigo saca una video parte la veo, todavía me considero skater pero ahora mi tabla con la que sigo a las personas es mi cámara fotográfica y busco historias en mundos ajenos al mío. Hay muchos skaters con conciencia que aportan pero hay mucho de lo mismo también. Simplemente ya no quería seguir haciendo lo mismo que hice hace diez años.

Pero he mantenido buena conexión con skaters que se hicieron buenos amigos como tú y otros con los que he mantenido una buena comunicación.

¿Dónde sacaste tus primeras fotografías callejeras?

El proceso fue gradual, yo ya sacaba fotos antes de que empezara a viajar. Siempre cargaba mi cámara analógica y sacaba fotos. Algo chistoso que pasó en Costa Rica fue una vez que dejé mi cámara en una panadería donde estábamos tomando café. Se quedó ahí por dos semanas y regresé y el dueño estaba esperándome para devolverla. Y ahí perdí dos semanas en las que no saqué fotos en Costa Rica.

Justo hasta este año escanee mis rollos de Costa Rica, ahora estoy organizando el material del 2012 al 2014. Tengo un montón de trabajo por hacer.

México influyó mucho en mi fotografía. La locura de las calles, el tamaño de la ciudad. También después de ver un documental que se llama “Everybody Street” que es un documental de fotografía de calle de Nueva York. En este documental salen muchos maestros hablando de su fotografía. Eso me ayudó a entender mejor la fotografía de calle.

En 2012 estaba en Londres con mi amigo Mario y conocimos a Jerome Campbell, patinamos un par de días y el entendió mi pasión por la foto y me pidió hacer el texto de intro de una revista que hizo. Era un texto sobre la conexión entre el skate y la fotografía. El texto incluso lo recortó un chico y lo pegó en su pared y eso me hizo sentir muy bien.

El skate lo hacemos porque somos personas curiosas y salimos a la calle a buscar, a ver que está pasando, a ver que acaban de construir etc. Es mucho más que salir a hacer trucos. Y eso también lo veo en la fotografía. La misma curiosidad y me ha acercado a mundos completamente diferentes y a personas muy interesantes.

Pero es algo que con los años uno lo va entendiendo.

Por ejemplo me pasa con la fotografía. Si hay un día soleado y la luz es bella yo no puedo estar adentro en casa. Tengo esa inquietud de salir. Todavía tengo esa inquietud que tenía con el skateboarding pero ahora me pasa con la fotografía.

Algo muy bueno que aprendí como filmer es que además de grabar a los skaters también los animé para darles la seguridad de hacer el truco. Muchas veces han venido personas a las que grabé hace diez años a decirme “oye hermano, gracias por animarme a intentar cosas que creía imposibles de hacer”. “Gracias por el tiempo que me dedicaste mientras intentaba cosas que no sabía que podía lograr”.

Eso me hizo muy feliz como filmer de skate.

“El skate lo hacemos porque somos personas curiosas y salimos a la calle a buscar, a ver que está pasando, a ver que acaban de construir etc. Es mucho más que salir a hacer trucos. Y eso también lo veo en la fotografía”.

¿Es la Ciudad de México para un fotógrafo como los es Barcelona para un skater?

Yo creo que podría decir que Nueva York lo es más, pero México también es una gran ciudad para los fotógrafos.

México para mi es lo mejor y lo peor del mundo a la vez. Es un lugar con millones de personas. Lo amo y lo odio. Igual que cualquier mega ciudad. Hay que amarla y luego aprender a tener cierta distancia para seguir amándola.

Amo México, amo su gente y amo su historia. Como en Latinoamérica entera con la conquista se borró mucha de su historia pero siento que México es uno de los países en la región que ha logrado conservar más su historia que otros países latinos, creo que porque cuando llegaron los españoles ya habían demasiadas personas viviendo y mucho más desarrolladas y organizadas. Es un país con una cultura milenaria.

Como fotógrafo de calle uno trata de pasar desapercibido ante la gente, ser invisible. Me parece muy curioso tu caso ya que eres una persona muy alta de estatura, rubio, con ojos azules y jamás pasarías desapercibido en ninguna ciudad latinoamericana. Tienes toda la pinta de gringo y súmale a eso una cámara fotográfica. ¿Cómo haces para conectar con la gente en una ciudad como México DF y lograr que la gente se sienta cómoda cuando los estás fotografiando?

Yo creo que parte es la actitud y como uno se porta con la gente en la calle. Por ejemplo cuando camino por la calle y voy fotografiando personas antes de sacar la foto ya estoy diciéndole a la persona buenas tardes y tengo el encuadre resuelto. La reacción es muy rápida. Hay que tener buena energía con la gente a la hora de sacar fotografías de calle.

Tengo mis técnicas pero no es lo mismo en Latinoamérica que en Europa o Los Estados. Acá la actitud de la gente es más alegre.

Además de lo que decías sobre mi apariencia tengo un sombrero de paja gigante que uso para protegerme del sol y mis camisas de manta bordadas. Soy cero invisible ante la gente acá.

Hay que sacar la foto antes de que la gente se dé cuenta… pero a veces les pregunto y muchas veces me lo permiten.

Otra cosa es que siempre frecuento las mismas calles y con el tiempo ya la gente me ha venido conociendo. Me he ganado la confianza de la gente.

¿Te ha tocado fotografiar varias veces a la misma persona? Con la intención de seguir un proceso de documentación.

Si claro, hay un guey por ejemplo que siempre está en el centro que es muy peculiar y por lo menos tendré unas treinta o más fotos de él. Eso me pasa con mucha gente.

¿Qué cámara estás usando?

Tengo una Minolta CLE y la Sony A73. Uso película y digital. El costo de la película fotográfica ha subido muchísimo en México. Si antes sacaba un rollo al día ahora saco un rollo a la semana.

¿Procesás tus propios rollos?

No, el revelado lo hago por aparte, he conseguido un buen precio por revelado pero si tengo mi propio scanner. Justo antes de que empezara la pandemia compré un scanner. Como que presentía que el mundo iba a cerrar y en la pandemia me dediqué a escanear alrededor de mil rollos. Y todavía hay como quinientos rollos de diez años de viajes que me faltan por escanear.

Cuando estuve en el proceso de selección de las fotos para mi libro “Every Day is Babylon” tenía como dos mil buenas fotos escogidas. Y me tardé dos años en reducir esa selección para llegar a ciento veinte fotos que fueron las que se publicaron en el libro. Si no hubiera sido por la pandemia probablemente no me hubiera instalado en México, no hubiera sacado el libro y seguiría siendo un nómada loco como lo fui durante diez años.

Acá en México ya me conocen en mi barrio y eso me gusta.

“Every Day Is Babylon” – Book by Mattew Phipps.

¿Cómo financiaste la primera edición de tu libro?

Con otros trabajos que hice, invertí eso y saqué el libro.

¿Ha sido fácil mover el libro? ¿Hay un buen mercado para los libros de fotografía?

Creo que la mitad de la gente que compró mi libro era gente que no me concía y simplemente eran amantes de la fotografía y los libros de foto. Y la otra mitad eran amigos que me conocían y apreciaban mi trabajo. El foto libro es más complicado de vender porque que es más caro que un libro de texto por ejemplo. Pero creo que con tanta saturación de imágenes en las redes sociales e internet cada vez estamos volviendo más a los libros y a las cosas impresas. Creo que estos medios tradicionales como los libros, revistas e imágenes impresas van a ir tomando más fuerza. Si vemos por ejemplo el nivel de ansiedad que genera para la gente estar conectada a una pantalla o un teléfono todo el día. Porque ya no solo es el tiempo libre que estás conectado a una pantalla, es el tiempo de trabajo, es todo el día completo. Pienso que la gente irá volviendo a lo de antes. Vamos a buscar otra vez tiempo de calidad y los amantes de las imágenes y el arte también vamos a querer apreciar eso en buena calidad, impresa por ejemplo.

Mi forma optimista de ver el futuro es que vamos a tener un mejor balance entre lo digital y lo impreso. Menos ansiedad, menos depresión. Si estamos jodidos nosotros que estamos a una mediana edad imaginate los niños en el futuro si no saben meditar o abrir un libro o salir a caminar en el campo. Todo con medida.

“Si vemos por ejemplo el nivel de ansiedad que genera para la gente estar conectada a una pantalla o un teléfono todo el día. Porque ya no solo es el tiempo libre que estás conectado a una pantalla, es el tiempo de trabajo, es todo el día completo”.

Tenemos que aprender a complementar las horas en el teléfono con horas en el bosque. Es lo que yo quiero hacer en mi vida. Encontrar ese balance.

Volviendo al libro aprendí mucho de este primer proyecto pero sí me gustaría en el futuro conectar con una editorial por ejemplo. Y dedicarme solo a sacar fotos y organizarlas y dejar todo el trabajo editorial a otras personas pero sabemos que eso no es fácil.

Como todos creo, hay días que siento que lo estoy logrando y hay días que me digo que chingadas estoy haciendo. Y sigue siendo más rentable hacer videos comerciales o documentales que solamente salir a la calle a tomar fotos. Pero mi corazón está en la fotografía, contar historias y abrir los ojos a la gente con diferentes perspectivas. De donde yo vengo la gente tiene los ojos cerrados al mundo y para mí haber conocido lugares como Chile, Argentina, México, Costa Rica, Colombia donde encuentras realidades muy diferentes a la la tuya y no necesariamente tristes como lo piensa la gente en los Estados Unidos. En Estados Unidos la gente piensa que todo el resto del mundo está triste porque no puede estar en Estados Unidos y no es así.

En Latinoamérica y otras partes del mundo hay muchísima alegría. Y es una realidad que la gente que menos cosas materiales tiene más alegre es. A veces hay gente con dinero que es feliz pero la mayoría de la gente con mucho dinero es infeliz, aburrida, triste o con muchos más problemas. Como lo dijo el filósofo Notorious Big “More Money More Problems”.

¿Dónde podemos comprar el libro?

A través de mi página web.

www.mattphippsfilm.com

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